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Seleccione un buen tomate
Seleccionar un buen tomate para guardar las semillas es el paso más importante en el proceso. No tiene sentido guardar semillas de tomate si no las está guardando de frutas de alta calidad; las plantas resultantes (y sus frutos ) serán de calidad inferior.
Esto es lo que estás buscando.
- Guarde las semillas de un tomate de polinización abierta, en lugar de híbrido. Las semillas guardadas de tomates híbridos no se harán realidad, y no hay forma de saber con qué terminarás. Esto puede tomar un poco de investigación. Si no está seguro de si el tomate que está cultivando es una reliquia familiar o un híbrido, una búsqueda rápida en Internet o un vistazo a través de algunos catálogos de semillas le dirá lo que necesita saber.
- Guarde las semillas de los tomates que estén completamente maduros, pero no demasiado maduros. Las semillas de frutas demasiado maduras ya podrían estar en camino a la germinación o a la descomposición.
- Guarde las semillas de las frutas más atractivas y de mejor sabor en la planta. Cuando ahorra lo mejor, las plantas resultantes estarán predispuestas a tener esas mismas cualidades deseables.
- Está bien guardar semillas de plantas que han sufrido de plagas o una de las muchas marchiteces que afectan a las plantas de tomate.
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Cortar el tomate
Una vez que hayas seleccionado tu tomate, córtalo a través del ecuador de la fruta. Esto le permitirá exprimir las semillas más fácilmente en el siguiente paso.
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Exprimir las semillas
Exprima las semillas y el gel que las rodea en un recipiente de plástico o vidrio.
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Agrega agua
Vierta dos o tres pulgadas de agua sobre las semillas que ha metido en su recipiente.
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Etiquetar y establecer a un lado
Etiqueta tu contenedor para que no olvides qué variedad de semillas de tomate has guardado (crees que recordarás; no lo harás. ¡Confía en mí!) Coloca el contenedor en un lugar donde no esté en tu manera o ser molestado demasiado. Deje reposar durante dos o tres días, hasta que vea moho blanco creciendo en la superficie del agua. Este es un signo de que la capa de gel que rodea las semillas se ha roto.
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Enjuague y seque
Elimine el moho, la mayor cantidad de agua posible y cualquier semilla que esté flotando (estas semillas son malas y, de todos modos, no habrían germinado). Enjuague varias veces, vertiendo el agua de enjuague y cualquier semilla o suciedad que flote. Vierta las semillas en un colador de malla fina y enjuague bien, usando los dedos para desalojar cualquier gel que aún se adhiera a las semillas.
Escriba el nombre de su variedad de tomate en un plato de papel, y vierta sus semillas en él. Asegúrese de que las semillas estén en una sola capa para que se sequen bien y no se pongan mohosas. Coloque la placa etiquetada a un lado durante unos días para que las semillas se sequen por completo.
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Almacene sus semillas
Una vez que las semillas estén completamente secas, puede guardarlas en un sobre, una bolsita pequeña u otro recipiente para almacenar. Asegúrese de etiquetarlos adecuadamente. Lo mejor es guardarlos en un lugar fresco y seco (como un refrigerador). Cuando se almacenan adecuadamente, las semillas de tomate germinarán de manera confiable por hasta diez años o más.