Historia e impactos del pesticida DDT

El DDT es uno de los compuestos químicos más controvertidos en la historia reciente. Ha demostrado ser eficaz como insecticida, pero su potente toxicidad no se limita a los insectos. Prohibido por muchos países, incluido Estados Unidos, el DDT aún se usa, legal o ilegalmente, en algunos lugares.

¿Qué es el DDT?

El DDT, también conocido como dicloro-difenil-tricloroetano, pertenece a una clase de pesticidas conocidos como organoclorados.

Un compuesto químico sintético que debe fabricarse en un laboratorio (no ocurre en la naturaleza), el DDT es un sólido incoloro y cristalino.

El DDT no se puede disolver en agua; sin embargo, se disuelve fácilmente en solventes orgánicos, grasas o aceites. Como resultado de su tendencia a disolverse en las grasas, el DDT puede acumularse en los tejidos grasos de los animales que están expuestos a él. Esta acumulación acumulada se conoce como bioacumulación, y el DDT es descrito por la EPA como una toxina bioacumulativa persistente.

Debido a esta bioacumulación, el DDT permanece en la cadena alimenticia, pasando de cangrejos, ranas y peces a los cuerpos de los animales que los comen. Por lo tanto, los niveles de DDT a menudo son más altos en los cuerpos de los animales cerca de la parte superior de la cadena alimentaria, especialmente en aves depredadoras como águilas, halcones, pelícanos, cóndores y otras aves carnívoras.

El DDT también tiene serios efectos sobre la salud de los humanos. Según la EPA, el DDT puede causar daño hepático, incluyendo cáncer de hígado, daño al sistema nervioso, discapacidades congénitas y otros daños reproductivos.

Una breve historia del DDT

El DDT se sintetizó por primera vez en 1874, pero no fue hasta 1939 que el bioquímico suizo Paul Hermann Müller descubrió su potencia como insecticida para todo uso. Por ese descubrimiento, Müller fue galardonado con el Premio Nobel en 1948.

Antes de la introducción del DDT, las enfermedades transmitidas por insectos como la malaria, el tifus, la fiebre amarilla, la peste bubónica y otras causaron la muerte de millones de personas en todo el mundo.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el uso del DDT se hizo común entre las tropas estadounidenses que lo necesitaban para controlar estas enfermedades, especialmente en Italia y en regiones tropicales como el Pacífico Sur.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el uso de DDT se expandió a medida que los agricultores descubrieron su efectividad en el control de plagas agrícolas, y el DDT se convirtió en el arma de elección en los esfuerzos contra la malaria. Sin embargo, algunas poblaciones de insectos evolucionaron con una resistencia al insecticida.

DDT, Rachel Carson y "Silent Spring"

A medida que se extendió el uso del DDT, un puñado de científicos se dio cuenta de que su uso imprudente estaba causando daños considerables a las poblaciones de la vida silvestre. Estos informes dispersos culminaron en el ahora famoso libro Silent Spring de la científica y autora Rachel Carson, que describe los peligros del uso generalizado de plaguicidas. (El título del libro proviene del efecto que el DDT y otras sustancias químicas estaban teniendo sobre los pájaros cantores, que estaban desapareciendo en algunas regiones).

Silent Spring se convirtió en el libro más vendido, y su publicación a menudo se acredita con el surgimiento del movimiento ambientalista moderno. En los años que siguieron, científicos de todo el mundo informaron que las aves con altos niveles de DDT en sus cuerpos estaban poniendo huevos que tenían caparazones tan delgados que se rompían antes de la eclosión, lo que provocaba que las poblaciones de aves se desplomaran.

Y cuanto más DDT tenían las aves en sus cuerpos, más delgadas eran sus cáscaras de huevo.

DDT prohibido en todo el mundo

Como evidencia del daño, el DDT estaba causando que comenzara a crecer; países de todo el mundo comenzaron a prohibir el producto químico o restringir su uso. Para 1970, Hungría, Noruega y Suecia habían prohibido el DDT y, a pesar de la abrumadora presión de la industria química de los Estados Unidos, la producción y el uso del DDT se prohibieron en los Estados Unidos en 1972.

En 2004, el tratado conocido como el Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), que fue firmado por 170 países, incluido Estados Unidos, restringió el uso del DDT al control de insectos de emergencia, por ejemplo, en caso de un brote de malaria. Sin embargo, en algunos países, el DDT se sigue utilizando regularmente para controlar los mosquitos y otros insectos, y todavía se utiliza en la agricultura en algunos lugares, como la India y el África subsahariana.